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  1. Bajo el amparo del Duque de Osuna marchó a Sicilia y se sabe que en 1613, Quevedo, reside en Palermo. De su paso por Roma y otras ciudades italianas, son testigos los sonetos que fue componiendo a lo largo de todas estas visitas.

    • Soneto 333
    • Descuido Del Divertido Vivir A Quien La Muerte llega impensada
    • Repite La Fragilidad de La Vida Y señala Sus Engaños Y Sus Enemigos
    • Carpe Mortem
    • Amor Y Muerte
    • Elogio en El Funeral A Don Melchor de Bracamonte
    • Enseña Cómo Todas Las Cosas Avisan de La Muerte
    • A Luis de Góngora
    • A Una Nariz
    • Amor Constante Más Allá de La Muerte

    Las luces sacras, el augusto día que vuestros ojos abren sobre el suelo, con el concento que se mueve el cielo en mi espíritu explican armonía. No cabe en los sentidos melodía imperceptible en el terreno velo, mas del canoro ardor y alto consuelo las cláusulas atiende l’alma mía. Primeros mobles son vuestras esferas, que arrebatan en cerco ardiente...

    Vivir es caminar breve jornada, y muerte viva es, Lico, nuestra vida, ayer al frágil cuerpo amanecida, cada instante en el cuerpo sepultada. Nada que, siendo, es poco, y será nada en poco tiempo, que ambiciosa olvida; pues, de la vanidad mal persuadida, anhela duración, tierra animada. Llevada de engañoso pensamiento y de esperanza burladora y cieg...

    ¿Qué otra cosa es verdad, sino pobreza, en esta vida frágil y liviana? Los dos embates de la vida humana, desde la cuna son honra y riqueza. El tiempo, que ni vuelve ni tropieza, en horas fugitivas la devana; y en errado anhelar, siempre tirana, la fortuna fatiga su flaqueza. Vive muerte callada y divertida la vida misma; la salud es guerra de su p...

    Señor don Juan, pues con la fiebre apenas se calienta la sangre desmayada, y por la mucha edad desabrigada, tiembla, no pulsa, entre la arteria y venas: pues que de nieve están la cumbres llenas, la boca, de los años saqueada, la vista, enferma, en noche sepultada, y las potencias, de ejercicio ajenas. salid a recibir la sepoltura, acariciad la tum...

    Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera mas no, desotra parte, en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía; nadar sabe mi llama la agua fria, y perder el respeto a ley severa. Alma que ha todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han ...

    Siempre, Melchor, fue bienaventurada Tu vida en tantos trances en el suelo; Y es bienaventurada ya en el Cielo, En donde sólo pudo ser premiada. Sin ti quedó la Guerra desarmada Y el mérito agraviado sin consuelo; La Nobleza y Valor en llanto y duelo Y la satisfacción mal difamada. Cuanto no te premiaron, mereciste, Y el premio en tu valor acobarda...

    Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados, por quien caduca ya su valentía. Salíme al campo, vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados; y del monte quejosos los ganados, que con sombras hurtó la luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despoj...

    Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino; apenas hombre, sacerdote indino, que aprendiste sin cristus la cartilla; chocarrero de Córdoba y Sevilla, y en la Corte bufón a lo divino. ¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo sólo rabí de la judía...

    Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un pez espada muy barbado. Érase un reloj de sol mal encarado, érase un alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón mas narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce tribus de narices er...

    Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra, que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora, a su afán ansioso linsojera; mas no de esotra parte en la ribera dejará la memoria en donde ardía; nadar sabe mi llama la agua fría, y perder el respeto a ley severa; Alma a quien todo un Dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego ha...

  2. Sonetos de Quevedo. Biografía de Quevedo y cometario a los sonetos. Las tres Musas últimas castellanas. Euterpe Musa Séptima. Urania Musa Nona. Parnaso español. Sonetos en manuscritos. Sonetos de «Cancionero Antequerano» Sonetos encontrados en diversos lugares

  3. Sonetos de «Cancionero Antequerano ... Don Francisco de Quevedo. Piedra soy en sufrir pena y cuidado, y cera en el querer enternecido,

  4. Francisco de Quevedo - Sonetos seleccionados. Francisco de Quevedo (1580-1645) fue uno de los grandes autores del Siglo de Oro español. Fue el máximo exponente del estilo conceptista y su obra destaca por la originalidad de los temas y el uso de la lengua. [ + Biografía ] [+ Ah de la Vida: Versión musical] Ah de la Vida: Versión musical ...

  5. Francisco de Quevedo, en este poema, nos habla del amor a través de un soneto. A medida que discurren los versos nos refiere la historia de un amor perdido y de cómo esto transforma sus sentimientos, su vida interior y de su intento de volver a recuperarlo.

  6. Inicio > Francisco de Quevedo > Soneto. +. - Escuchar este Poema. Yo te untaré mis obras con tocino. porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino; Apenas hombre, sacerdote indino, que aprendiste sin cristus la cartilla; chocarrero de Córdoba y Sevilla, y en la Corte bufón a lo divino.

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