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Oremos. Oh Dios, cuyo Hijo unigénito nos mereció con su vida, muerte y resurrección, el premio de la vida eterna; te rogamos nos concedas que, meditando estos misterios en el Rosario, imitemos los ejemplos que contienen y consigamos los premios que prometen. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor. (Juan Pablo II, Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, 2002) PRIMER MISTERIO: 'La oración de Jesús en el huerto'. SEGUNDO MISTERIO: 'La flagelación de Jesús'. TERCER MISTERIO: 'La coronación de espinas'.
21 de jun. de 2023 · Los misterios dolorosos son también conocidos como misterios de dolor. Según explica Juan Pablo II en la encíclica Rosarium Virginis Mariae, los misterios dolorosos «llevan el creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora».
Catequesis de Juan Pablo II (21-V-97) 1. Después de que Jesús es colocado en el sepulcro, María «es la única que mantiene viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso y sorprendente de la Resurrección» ( Catequesis, del 3-IV-96). La espera que vive la Madre del Señor el Sábado santo constituye uno de los momentos ...
19 de mar. de 2022 · Suscríbete al canal https://www.youtube.com/channel/UC0Z9QWyPhuByRwwb5-usCfwNuestro Facebook https://www.facebook.com/sanjuan.pabloii.52Nuestro Twitter https...
Vaccaro, Jesús en el huerto de Getsemaní. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Oremos. Oh Dios, cuyo Hijo unigénito nos mereció con su vida, muerte y resurrección, el premio de la vida eterna; te rogamos nos concedas que, meditando estos misterios en el Rosario, imitemos los ejemplos que contienen y consigamos los premios que prometen.
Los misterios dolorosos son también conocidos como misterios de dolor. Según explica Juan Pablo II en la encíclica Rosarium Virginis Mariae, los misterios dolorosos «llevan el creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora».
