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    • y en el mar o en el cielo haya un abismo que al cálculo resista;
    • a nublar la pupila;
    • - VI -
    • - VII -
    • ¡Ay! -pensé-. ¡Cuántas veces el genio así duerme en el fondo del alma,
    • - XII -
    • - XIII -
    • - XIV -
    • - XV -
    • - XXI -
    • - XXII -
    • Creación de Dante era el libro, era su Infierno.
    • - XXXVIII -
    • - XLV -
    • y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán;
    • - LIV -
    • - LVI -
    • ¡Ay! a veces me acuerdo suspirando del antiguo sufrir...
    • - LVII -
    • - LVIII -
    • ¿Quieres que conservemos una dulce memoria de este amor?
    • - LIX -
    • a la que eterno me juró su amor.
    • PRIMERA VOZ
    • SEGUNDA VOZ
    • TERCERA VOZ
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    mientras la humanidad, siempre avanzando no sepa a do camina; mientras haya un misterio para el hombre, ¡habrá poesía! Mientras sintamos que se alegra el alma, sin que los labios rían; mientras se llore sin que el llanto acuda

    mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan; mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía! Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran; mientras responda el labio suspirando al labio que suspira; mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas; mientras exista una mujer hermosa ¡habrá poesía! - V - Espíritu ...

    Como la brisa que la sangre orea sobre el oscuro campo de batalla, cargada de perfumes y armonías en el silencio de la noche vaga; símbolo del dolor y la ternura, del bardo inglés en el horrible drama, la dulce Ofelia, la razón perdida, cogiendo flores y cantando pasa.

    Del salón en el ángulo oscuro, de su dueño tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo veíase el arpa. ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas, como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas!

    una voz, como Lázaro, espera que le diga: «Levántate y anda!» VIII - Cuando miro el azul horizonte perderse a lo lejos, al través de una gasa de polvo dorado e inquieto, me parece posible arrancarme del mísero suelo flotar con la niebla dorada en átomos leves cual ella deshecho. Cuando miro de noche en el fondo oscuro del cielo las estrellas tembla...

    Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar te quejas: verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva verdes son las pupilas de las hurís del profeta. El verde es gala y ornato del bosque en la primavera. Entre sus siete colores brillante el iris lo ostenta. Las esmeraldas son verdes, verde el color del que espera las ondas del O...

    Tu pupila es azul, y cuando ríes su claridad suave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja. Tu pupila es azul, y cuando lloras las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una violeta. Tu pupila es azul, y si en su fondo como un punto de luz radia una idea, me parece en el cielo de la tarde...

    Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos, la imagen de tus ojos se quedó como la mancha oscura, orlada en fuego, que flota y ciega si se mira al sol. Adondequiera que la vista fijo torno a ver sus pupilas llamear; mas no te encuentro a ti, que es tu mirada: unos ojos, los tuyos, nada más. De mi alcoba en el ángulo los miro desasidos fantásticos...

    Cendal flotante de leve bruma, rizada cinta de blanca espuma, rumor sonoro de arpa de oro, beso del aura, onda de luz, eso eres tú. Tú, sombra aérea, que cuantas veces voy a tocarte te desvaneces como la llama, como el sonido, como la niebla, como el gemido del lago azul. En mar sin playas onda sonante, en el vacío cometa errante, largo lament...

    -¿Qué es poesía? -dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul-. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.

    ¿Cómo vive esa rosa que has prendido junto a tu corazón? Nunca hasta ahora contemplé en la tierra sobre el volcán la flor. XXIII - Por una mirada, un mundo; Por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡yo no sé qué te diera por un beso! XXIV - Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan y al besarse forman una sola ll...

    Cuando a él bajamos los ojos yo dije trémulo: -¿Comprendes ya que un poema cabe en un verso? Y ella respondió encendida -¡Ya lo comprendo! XXX - Asomaba a sus ojos una lágrima a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto la frase en mis labios expiró. Yo voy por un comino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo a...

    Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer: cuando el amor se olvida, ¿sabes tú adónde va? XXXIX - ¿A qué me lo dices? Lo sé: es mudable, es altanera y vana y caprichosa, antes que el sentimiento de su alma brotará el agua de la estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes, no hay una fibra que a...

    En la clave del arco mal seguro, cuyas piedras el tiempo enrojeció, obra del cincel rudo, campeaba el gótico blasón. Penacho de su yelmo de granito, la hiedra que colgaba en derredor daba sombra al escudo, en que una mano tenía un corazón. A contemplarlo en la desierta plaza nos paramos los dos, y «ése -me dijo- es el cabal emblema de mi consta...

    pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres, ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aún más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquellas cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer,...

    Cuando volvemos las fugaces horas del pasado a evocar, temblando brilla en sus pestañas negras una lágrima pronta a resbalar. al fin resbala, y cae como gota de rocío, al pensar que, cual hoy por ayer, por hoy mañana, volveremos los dos a suspirar. LV - Entre el discorde estruendo de la orgía acarició mi oído, como nota de música lejana, el eco d...

    Hoy como ayer, mañana como hoy, ¡y siempre igual! un cielo gris, un horizonte eterno, ¡y andar... andar! Moviéndose a compás, como una estúpida máquina, el corazón; la torpe inteligencia, del cerebro dormía en un rincón. El alma, que ambiciona un paraíso, buscándolo sin fe; fatiga, sin objeto, ola que rueda ignorando por qué. Voz que incesante...

    Amargo es el dolor; pero siquiera ¡padecer es vivir!

    Este armazón de huesos y pellejo, de pasear una cabeza loca cansado se halla al fin, y no lo extraño; pues, aunque es la verdad que no soy viejo, de la parte de vida que me toca en la vida del mundo, por mi daño he hecho un uso tal, que juraría que he condensado un siglo en cada día. Así, aunque ahora muriera, no podría decir que no he vivido; que...

    ¿Quieres que de ese néctar delicioso no te amargue la hez? Pues aspírale, acércale a tus labios, y déjale después.

    Pues amémonos hoy mucho, y mañana digámonos ¡adiós!

    Yo sé cuál el objeto de tus suspiros es; yo conozco la causa de tu dulce secreta languidez. ¿Te ríes...? Algún día sabrás, niña, por qué: tú acaso lo sospechas, y yo lo sé. Yo sé lo que tú sueñas, y lo que en sueños ves; como en un libro puedo lo que callas en tu frente leer. ¿Te ríes...? Algún día sabrás, niña, por qué: tú acaso lo sospechas...

    Mas hoy le llamo en vano, y oiga al tiempo que le agotó, decir: -¡ah, barro miserable, eternamente no podrás ni aun sufrir! LXV - Llegó la noche y no encontré un asilo; ¡y tuve sed!... Mis lágrimas bebí; ¡y tuve hambre! ¡Los hinchados ojos cerré para dormir! ¡Estaba en un desierto! Aunque a mi oído de las turbas llegaba el ronco hervir, yo era h...

    Las ondas tienen vaga armonía: las violetas, suave olor; brumas de plata, la noche fría; luz y oro, el día; yo, algo mejor: yo tengo Amor.

    Aura de aplausos, nube radiosa, ola de envidia que besa el pie, isla de sueños, donde reposa el alma ansiosa, dulce embriaguez la Gloria es.

    Ascua encendida es el tesoro, sombra que huye la vanidad; todo es mentira: la gloria, el oro. Lo que yo adoro sólo es verdad: la Libertad. Así los barqueros pasaban cantando la eterna canción, al golpe del remo saltaba la espuma heríala el sol. -¿Te embarcas?, gritaban. Y yo, sonriendo, les dije al pasar: -Ha tiempo lo hice; por cierto que aun...

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  2. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER LEYENDAS Introducción Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo.

  3. www.bibliotecavirtualaceb.org › rimas-y-leyendasRimas y Leyendas

    25 de may. de 2019 · Jorge Espina - 25 mayo, 2019. Esta edición de Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer ha sido realizada respetando la ortografía de los originales y a partir del estudio de varias publicaciones anteriores. Los poemas proceden del libro Rimas publicado por Imprenta Renacimiento en el año 1926.

  4. Leyendas Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) 2 Introducción Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi ...

  5. 7 de feb. de 2021 · Spanish. Las Leyendas son un conjunto de narraciones de carácter. posromántico escritas por Gustavo Adolfo Bécquer y publicadas entre. 1858 y 1865. Estas narraciones tienen un carácter íntimo que evoca el. pasado histórico y se caracterizan por una acción verosímil con una. introducción de elementos fantásticos o insólitos. Addeddate.

  6. BÉCQUER, GUSTAVO ADOLFO (1836-1870) LEYENDAS ÍNDICE: INTRODUCCIÓN MAESE PÉREZ EL ORGANISTA LOS OJOS VERDES LA AJORCA DE ORO EL RAYO DE LUNA LA CRUZ DEL DIABLO EL CRISTO DE LA CALAVERA LA CORZA BLANCA INTRODUCCIÓN Por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los

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