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  1. El monarca que llevó al extremo esta concepción del absolutismo fue Luis XIV de Francia, cuya frase célebre fue “el Estado soy yo”. El rey era el jefe del estado absolutista y ejercía en forma personal el poder. Era el máximo responsable del bienestar de su reino y de sus habitantes, los súbditos.

  2. Llamado el Rey Sol, Luis XIV (Saint-Germain-en-Laye, Francia, 5 de septiembre de 1638 – Versalles, Francia, 1 de septiembre de 1715) representó el cenit del absolutismo francés, sintetizado en la frase “el Estado soy yo”, una declaración apócrifa atribuida al monarca francés.

  3. Aunque la Francia de Luis XIV fue un icono de la era del absolutismo en Europa, 4 el rey se rodeó de una variedad de figuras políticas, militares y culturales significativas, como Bossuet, Colbert, Le Brun, Le Nôtre, Lully, Mazarino, Molière, Racine, Turenne y Vauban .

    • Su Majestad Cristianísima
    • Luis XIII
    • Luis Diosdado de Borbón, (en francés: Louis-Dieudonné de Bourbon)[2]​
    • Luis XV
  4. Durante el reinado de Luis XIV, Francia llegó a su apogeo, en el plano político, militar y cultural, fomentando las artes y consolidando el sistema político del absolutismo monárquico, al extremo de haber llevado a la práctica con toda convicción, su famosa y controvertida frase “El Estado soy yo”, que hoy se cuestiona su autenticidad.

  5. Una de las principales características del reinado de Luis XIV fue la centralización del poder y la instauración del absolutismo en Francia. El monarca ejercía un control absoluto sobre todos los aspectos del gobierno, la economía y la sociedad francesa.

  6. El reinado de Luis XIV estuvo marcado por el absolutismo, un sistema de gobierno en el que el monarca tenía poder absoluto y controlaba todos los aspectos de la vida política y social. Para ejercer este poder, Luis XIV construyó el magnífico Palacio de Versalles, una obra maestra arquitectónica y símbolo del lujo y la opulencia.

  7. Pocos hombres han dejado una huella tan grande en su paso por la historia y la política como Luis XIV de Francia. El llamado rey sol encarna el punto álgido del absolutismo monárquico, desenlace insoslayable de una Francia devastada por las guerras.