Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. Mary W. Shelley Frankenstein VOLUMEN I Prólogo[L1] El suceso en el cual se fundamenta este relato imaginario ha sido considerado por el doctor Darwin[L2] y otros fisiólogos alemanes como no del todo imposible. En modo alguno quisiera que se suponga que otorgo el mínimo grado de credibilidad a

    • 2MB
    • 113
  2. 14 de feb. de 2017 · Descargar Frankenstein gratis en formato PDF y EPUB. Descargar Frankenstein, de MARY SHELLEY para kindle, tablet, IPAD, PC o teléfono móvil.

    • CARTA I
    • CARTA II
    • CARTA III
    • CARTA IV
    • CAPÍTULO 1
    • CAPÍTULO 2
    • CAPÍTULO 3
    • CAPÍTULO 4
    • CAPÍTULO 5
    • CAPÍTULO 6
    • CAPÍTULO 7
    • CAPÍTULO 8
    • PARA V. FRANKENSTEIN
    • ELIZABETH LAVENZA.
    • CAPÍTULO 9
    • CAPÍTULO 10
    • PARA V. FRANKENSTEIN
    • ALPHONSE FRANKENSTEIN.
    • CAPÍTULO 11
    • CAPÍTULO 12
    • CAPÍTULO 13
    • CAPÍTULO 14
    • CAPÍTULO 15
    • Mi furia estaba desatada. Salté sobre él, impelido por todos los sentimientos que pueden armar a un ser contra la existencia de otro. Él me esquivó fácilmente y dijo:
    • CAPÍTULO 1
    • CAPÍTULO 2
    • CAPÍTULO 3
    • CAPÍTULO 4
    • CAPÍTULO 5
    • CAPÍTULO 6
    • CAPÍTULO 7
    • CAPÍTULO 8
    • Él luchaba ferozmente.
    • Estalló en gritos furiosos:
    • CAPÍTULO 9
    • CAPÍTULO 10
    • CAPÍTULO 11
    • CAPÍTULO 12
    • Avancé decidido hacia él y grité:
    • CAPÍTULO 14
    • CAPÍTULO 15
    • William, Justine y Clerval habían muerto debido a mis infernales maquinaciones.
    • PARA VICTOR FRANKENSTEIN
    • CAPÍTULO 16
    • Cogí la mano de Elizabeth.
    • CAPÍTULO 17
    • CAPÍTULO 18

    A la señora SAVILLE, Inglaterra. San Petersburgo, 11 de diciembre de 17** Te alegrará saber que no ha ocurrido ningún percance al principio de una aventura que siempre consideraste cargada de malos presagios. Llegué aquí ayer, y mi primera tarea es asegurarle a mi querida hermana que me hallo perfectamente y que tengo una gran confianza en el éxito...

    A la señora SAVILLE, Inglaterra. Arkangel, 28 de marzo de 17** ¡Qué despacio pasa el tiempo aquí, atrapado como estoy por el hielo y la nieve...! He dado un paso más para llevar a cabo mi proyecto. Ya he alquilado un barco y me estoy ocupando ahora de reunir a la tripulación; los que ya he contratado parecen ser hombres de los que uno se puede fiar...

    A la señora SAVILLE, Inglaterra. Día 7 de julio de 17** Mi querida hermana: Te escribo apresuradamente unas líneas para decirte que me encuentro bien y que he adelantado mucho en mi viaje. Esta carta llegará a Inglaterra por un marino mercante que regresa ahora a casa desde Arkangel; es más afortunado que yo, que quizá no pueda ver mi tierra natal ...

    A la señora SAVILLE, Inglaterra. Día 5 de agosto de 17** Nos ha ocurrido un suceso tan extraño que no puedo evitar anotarlo, aunque es muy probable que nos encontremos antes de que estas cuartillas de papel lleguen a ti. El pasado lunes (el día 31 de julio) estábamos prácticamente cercados por el hielo, que rodeaba al barco por todos lados, y apena...

    Soy ginebrino por nacimiento; y mi familia es una de las más distinguidas de esa república. Durante muchos años mis antepasados han sido consejeros y magistrados, y mi padre había ocupado varios cargos públicos con honor y buena reputación. Todos los que lo conocían lo respetaban por su integridad y por su infatigable dedicación a los asuntos públi...

    Los acontecimientos que influyen decisivamente en nuestros destinos a menudo tienen su origen en sucesos triviales. La filosofía natural es el genio que ha ordenado mi destino. Así pues, en este resumen de mis primeros años, deseo explicar aquellos hechos que me condujeron a sentir una especial predilección por la ciencia. Cuando tenía once años, f...

    Cuando alcancé la edad de diecisiete años, mis padres decidieron que debería ir a estudiar a la Universidad de Ingolstadt. Hasta entonces yo había asistido a los colegios de Ginebra, pero mi padre creyó necesario, para completar mi educación, que debería conocer otras costumbres y no solo las de mi país natal. Así pues, mi partida se fijó para una ...

    A la mañana siguiente entregué mis cartas de presentación y me personé ante algunos de los profesores principales y, entre otros, ante el señor Krempe, profesor de Filosofía Natural. Me recibió con afabilidad y me hizo algunas preguntas referidas a mis conocimientos en las diferentes ramas científicas relacionadas con la filosofía natural. Con mied...

    Desde aquel día, la filosofía natural y particularmente la química se convirtieron prácticamente en mis únicas materias de estudio. Leí con avidez todos aquellos libros llenos de genialidades y sabiduría que los modernos investigadores habían escrito sobre aquellas materias. Acudí a las clases y cultivé la amistad de los científicos en la universid...

    Cuando me encontré con un poder tan asombroso en las manos, durante mucho tiempo dudé sobre cuál podría ser el modo de utilizarlo. Aunque yo poseía la capacidad de infundir movimiento, preparar un ser para que pudiera recibirlo con todo su laberinto inextricable de fibras, músculos y venas aún continuaba siendo un trabajo de una dificultad y una co...

    Una lluviosa noche de noviembre conseguí por fin terminar mi hombre; con una ansiedad casi cercana a la angustia, coloqué a mi alrededor la maquinaria para la vida con la que iba a poder insuflar una chispa de existencia en aquella cosa exánime que estaba tendida a mis pies. Era ya la una de la madrugada, la lluvia tintineaba tristemente sobre los ...

    Aquello fue el comienzo de unas fiebres nerviosas que me tuvieron recluido en cama durante varios meses. Durante todo ese tiempo, solo Henry se ocupó de mí. Después averigüé que, sabiendo que mi padre era muy mayor y que no le sentaría bien un viaje tan largo, y lo mucho que mi dolencia afectaría a Elizabeth, Henry les había ahorrado ese sufrimient...

    Ginebra, 18 de marzo de 17** Querido primo: No puedo describirte la inquietud que tenemos todos por tu salud. No podemos evitar imaginar que tu amigo Clerval nos está ocultando la verdadera gravedad de tu enfermedad, porque hace ya varios meses desde que no recibimos una carta escrita por ti mismo; y todo este tiempo te has visto obligado a dictárs...

    —¡Querida, querida Elizabeth...! —exclamé cuando hube terminado de leer su carta—. Escribiré inmediatamente y así aliviaré la angustia que deben de estar sintiendo. Escribí, y la tarea me cansó muchísimo; pero mi recuperación había comenzado y continuaba satisfactoriamente: en otros quince días podría abandonar mi alcoba.

    Cuando me recuperé, uno de mis primeros cometidos fue presentar a Clerval a los distintos profesores de la universidad. Y al hacerlo, tuve que someterme a una suerte de tormentosos encuentros que reabrían las heridas que mi mente había sufrido. Desde aquella noche fatal —el final de mis trabajos y el principio de mis desgracias—, había anidado en m...

    Cuando regresé a casa, me encontré la siguiente carta de mi padre.

    Ginebra, 2 de junio de 17** Querido Victor: Probablemente has estado esperando impaciente una carta en la que fijara el día de tu regreso, y al principio estuve tentado de escribirte unas líneas, solo para decirte el día en el que podríamos esperarte... pero eso sería una cruel amabilidad, y no me atreví a hacerlo. ¡Cuál sería tu sorpresa, hijo mío...

    Clerval, que había estado observando mi rostro mientras leía la carta, se sorprendió al observar la desesperación que sucedía a la alegría que mostré al recibir noticias de mis seres queridos. Tiré la carta en la mesa y me cubrí el rostro con las manos. —Mi querido Frankenstein —exclamó Henry cuando me vio llorar con amargura—, ¿es que siempre tien...

    Ya era noche cerrada cuando llegué; las puertas de Ginebra ya estaban cerradas; y decidí pernoctar en Secheron, una aldea que se halla a media legua al este de la ciudad. El cielo estaba sereno; y como me era imposible descansar, decidí ir a ver el lugar en el que mi pobre William había sido asesinado; mientras caminaba, vi que una tormenta se esta...

    Elizabeth pronto se reunió con nosotros. El tiempo había operado grandes cambios en su aspecto desde la última vez que la había visto. Cinco años antes era una muchacha bonita y alegre, a quien todos querían y mimaban. Ahora era una mujer tanto en la estatura como en la expresión de su rostro, que me pareció absolutamente adorable. Su frente, despe...

    Ni siquiera puedo intentar describir lo que sentí entonces. Ya había experimentado sensaciones de horror anteriormente; y he tratado de expresarlo con las palabras adecuadas, pero en este caso las palabras no pueden proporcionar en absoluto una idea ajustada de la insoportable y nauseabunda desesperación que tuve que soportar. La persona a la que y...

    Cuando la mente ha estado intensamente ocupada en una rápida sucesión de acontecimientos, nada es más doloroso que la mortal calma de apatía y certidumbre que surge a continuación y que impide que el alma sienta ni esperanza ni temor. Justine murió. Descansó. Y yo estaba vivo. La sangre corría libremente por mis venas, pero un peso de desesperación...

    Al día siguiente, contrariamente a los pronósticos de nuestros guías, hizo muy bueno, aunque el cielo estaba nublado. Visitamos las fuentes del Arveiron y paseamos a caballo por el valle hasta la tarde. Aquellos paisajes sublimes y magníficos me proporcionaban todo el consuelo que podía recibir. Me elevaban por encima de la mezquindad; y aunque no ...

    —¡Calmaos! Os suplico que me escuchéis, antes de que descarguéis vuestro odio sobre mi desventurada cabeza. ¿Acaso no he sufrido lo suficiente, que aún deseáis aumentar mi desdicha? Amo la vida, aunque solo sea para mí una sucesión de angustias, y defenderé la mía. Recordad que me habéis hecho más poderoso que vos mismo: soy más alto que vos; mis m...

    Solo con mucha dificultad recuerdo los primeros instantes de mi existencia. Todos los acontecimientos de aquel período se me aparecen confusos e indistintos. Una extraña sensación me embargaba. Veía, sentía, oía y olía al mismo tiempo, y eso ocurría incluso mucho tiempo antes de que aprendiera a distinguir las operaciones de mis distintos sentidos....

    Tan pronto como despuntó la mañana, salí arrastrándome del refugio para ver la casa cercana y comprobar si podía permanecer en la guarida que había encontrado. Mi cobertizo estaba situado en la parte trasera de la casa y rodeado a ambos lados por una pocilga y una charca de agua limpia. También había una parte abierta, por la que yo me había arrast...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

    En aquel momento, mi situación era tal que todos los pensamientos razonables se consumían y desaparecían. Me veía arrastrado por la ira. Solo la venganza me proporcionaba fuerza y serenidad. Modelaba mis sentimientos y me permitía pensar con frialdad y estar tranquilo en períodos en los que de otro modo el delirio o la muerte se habrían apoderado d...

  3. por InfoLibros. Frankenstein por Mary Shelley es una obra literaria icónica que cautiva con su historia de ambición desmedida y las consecuencias de jugar a ser Dios. Descarga el clásico Frankenstein en formato PDF gratis y sumérgete en sus páginas llenas de intriga y emoción.

  4. 31 de oct. de 1993 · Frankenstein, your son, your kinsman, your early, much-loved friend; he who would spend each vital drop of blood for your sakes, who has no thought nor sense of joy except as it is mirrored also in your dear countenances, who would fill the air with blessings and spend his life in serving you—he bids you weep, to shed countless tears; happy beyond his hopes, if thus inexorable fate be ...

  5. 14 de may. de 2022 · Descargar Frankenstein en PDF, ePUB o MOBI. Frankenstein de Mary Shelley. Gratis, sin registro y de forma legal 👌

  6. 11 de feb. de 2013 · Mary Shelley. Publication date. 1818. Usage. CC0 1.0 Universal. Topics. Frankenstein, 1818. Collection. opensource. The 1818 edition of Frankenstein. This version is based on a digitisation by Distributed Proofreaders cross checked against an existing Project Gutenberg text and a new DP digitisation of the 1831 edition. Addeddate.