Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. 1 La noticia del asesinato el 1 de agosto de 1589 del rey Enrique III a manos del joven monje dominico Jacques Clément, fue recibida con gran alegría por los católicos franceses (Mousnier 1964: 198) y su muerte fue interpretada por muchos –como lo hizo el embajador español en París– como un acto inspirado por Dios:

  2. El rey Enrique IV de Castilla, conocido como "el Impotente", era el hermano de Isabel la Católica. Fue coronado en 1454, pero su reinado estuvo marcado por numerosos conflictos políticos y sociales. Uno de los más relevantes fue la supuesta ilegitimidad de su hija Juana, que la mayoría de la nobleza castellana no reconocía como heredera al ...

  3. 17 de abr. de 2020 · La dinastía española de los Austrias se extinguió por el sexo endogámico: su mandíbula lo decía todo. Enrique IV, el Impotente. Así, acompañado de esa etiqueta, ha quedado grabado en los ...

  4. Muerte de Juan II y acceso al trono de Enrique IV; Septiembre 1454. Alfonso el Magnánimo le cede a Enrique el primer lugar como descendiente directo del linaje real de los Reyes Godos. 1455. Guerra contra Granada. Calixto III concede la bula de cruzada a Enrique para la guerra. Mayo 1455. Matrimonio entre Enrique y Juana de Portugal

  5. 25 de ene. de 2023 · En 1474, Enrique IV de Castilla murió tras doce años de conflicto provocado por la herencia de la corona: las dos candidatas eran su hija Juana e Isabel, su media hermana por parte de padre. La decisión dividía a la nobleza castellana, ya que no se trataba solo de escoger a la nueva reina sino también las alianzas internacionales y las aspiraciones del país.

  6. Enrique IV de Castilla fue rey de Castilla desde 1454 hasta su muerte en 1474. Algunos historiadores le llamaron despectivamente «el Impotente». Era hijo de Juan II y de María de Aragón, y hermano paterno de Isabel la Católica, que se proclamó reina a su muerte, y del infante Alfonso, que le disputó el trono en vida.

  7. Tras la muerte de Enrique IV, Enríquez del Castillo pretendió continuar en la Corte, así que escribió a la reina Isabel, solicitándole que le mantuviera a su servicio, pero la Soberana le rechazó. Ese rechazo significó el fin de su actividad como cronista y de su carrera política. Poco es lo que se sabe de su vida a partir de ese momento.