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  1. La civilización romana, de origen latino, se formó en el siglo VIII a. C. a partir de la agrupación de varios pueblos de la Italia central. 2 Roma se expandió más allá de la península itálica y, desde el siglo I hasta el siglo V, dominó el mundo mediterráneo y la Europa Occidental mediante la conquista y la asimilación de las élites locales.

  2. La civilización romana se originó en la región del Lacio, en el centro de la península itálica. A lo largo de 12 siglos se expandió por la cuenca del mar Mediterráneo, el centro de Europa, Asia menor y parte de las Islas Británicas.

    • Información general
    • Cómo surgió la ciudad de Roma
    • Periodos de historia de la Roma Antigua
    • División social romana

    Frank Arellano

    Profesor de Historia y Maestro en Lingüística

    La Antigua Roma hace referencia tanto a la ciudad como a la civilización más imponente del mundo antiguo. La ciudad de Roma se fundó en el centro de la península itálica en el 753 a.C., desde donde expandió su poder hasta conformar un imperio que llegó a dominar toda la cuenca del Mar Mediterráneo, la Europa occidental, el norte de África y la costa sirio-palestina.

    Mucho se ha escrito sobre el legado de Roma, ya que su influencia no solo determinó el desarrollo de la historia en la antigüedad, sino que incluso llega hasta nuestros días. El derecho romano moldeó la concepción de la ley en la modernidad. Las instituciones políticas del Estado, así como también la infraestructura y la arquitectura romanas sirvieron de modelo para sociedades posteriores.

    La gloriosa historia de la cultura romana comenzó a partir de la asociación de las pequeñas aldeas de las 7 colinas en torno a Roma en el siglo VIII a.C. En su evolución, Roma experimentó con los siglos el ascenso que la llevó a ser una vigorosa república y luego un vasto imperio.

    Así, la historia de la Antigua Roma se divide en 3 etapas:

    La leyenda de la fundación

    Lo que conocemos de la fundación de Roma mezcla la leyenda de sus orígenes con elementos históricos. Durante siglos, se ha narrado que Roma fue fundada en el 753 a.C. por los gemelos Rómulo y Remo, hijos del dios Marte y de Rea Silvia, una sacerdotisa que descendía de Eneas, troyano que había luchado en la guerra y había podido escapar.

    Ante el nacimiento de los gemelos, el rey Amulio ordenó que los asesinaran, ya que los consideró una amenaza. Pero, en lugar de esto, los niños fueron abandonados a orillas de río Tíber, donde la loba Luperca los encontró, amamantó y cuidó.

    La leyenda de la "Loba y los gemelos" se convirtió en un símbolo valioso del Imperio Romano, ya que los ciudadanos se identificaban con esta historia al hablar de su procedencia. Al crecer, los gemelos decidieron fundar una ciudad. No obstante, discutieron sobre la ubicación exacta que debía tener.

    Luego de esperar por señales divinas, las disputas llevaron a una pelea en la que Rómulo mató a Remo. Así, Rómulo emergió como el fundador y primer rey de la ciudad que se convertiría en el epicentro de la historia antigua.

    Los hallazgos arqueológicos e históricos

    La Monarquía (753 a.C.-509 a.C.)

    Aunque existen muchas lagunas de conocimiento sobre la gestación de Roma, la tradición ha sostenido que la ciudad fue gobernada por reyes en sus siglos iniciales. De los 7 reyes de la etapa monárquica, los primeros están revestidos de un carácter legendario, empezando con Rómulo, el fundador. Otros reyes considerados legendarios son Numa Pompilio (716- 674 a.C.), Tulio Hostilio (670- 638 a.C.) y Anco Marcio (641- 616 a.C.). Luego, siguieron a estos los reyes etruscos Tarquinio Prisco (616- 578 a.C.), Servio Tulio (578- 534 a.C.), y Tarquinio el Soberbio (534- 509 a.C.). Los abusos cometidos por este último rey causaron su expulsión de Roma. Entonces el Senado abolió la monarquía y se constituyó la república.

    La República Romana (509 a.C.- 27 a.C.)

    La República fue una etapa próspera y de expansión para la civilización romana. Roma pasó a ser, en 4 siglos, la ciudad dominante de la Península Itálica, primero; y después de las Guerras Púnicas, la potencia emergente del Mediterráneo. El nuevo sistema político trajo consigo la separación de poderes. Los funcionarios de la república se dividieron en Cónsules, Senadores y Magistrados. Estos, por lo general, eran patricios. Es decir, miembros de familias ricas, elegidos por asambleas de ciudadanos. Su rol era tomar las decisiones en nombre del pueblo de Roma. Los patricios tenían origen noble, tierras y riquezas. Mientras los plebeyos eran la mayoría de la población y durante el comienzo de la república no gozaron de los mismos derechos que los patricios. No podían acceder a cargos políticos importantes ni ser protagonistas de las celebraciones religiosas. No obstante, con el tiempo, los plebeyos reclamaron derechos. Así las tensiones sociales generadas por la desigualdad terminaron por crear una legislación que les otorgó ciertos favores. Por ejemplo: Luego de la secessio plebis (494 a.C), en la que el pueblo común amenazó con irse de la ciudad, los patricios acordaron crear la figura del Tribuno de la Plebe. Dos de estos tribunos tendrían el rango de Magistrados y tendrían derecho a veto en las decisiones del Senado. Otro factor de igualación fue la Ley de las XII Tablas (454 a.C.). Esta plasmaba las reglas de convivencia del pueblo romano, y se aplicaba para todos, sin distinguir el origen patricio o plebeyo de los ciudadanos. Expansión romana y Guerras Púnicas Roma se aseguró el dominio de toda la Península Itálica hacia el 272 a.C., para luego expandir sus horizontes a través de las conquistas militares. El gran obstáculo que Roma se encontró en el camino fue Cártago, su archirival en las costas mediterráneas durante más de un siglo. Contra Cártago se emprendieron tres guerras, conocidas como las Guerras Púnicas, entre el 264 y el 146 a.C. Al final de estas, Roma pudo adueñarse de Sicilia, Córcega, Cérdeña, la costa norte África y el sur de la Península Ibérica. Además, destruyó a la otra potencia que crecía en la región, con lo que el horizonte para continuar su expansión quedó allanado. A partir de allí, los ejércitos romanos centraron su atención en la conquista de las ciudades griegas. La Liga Aquea cayó bajo poder romano con la derrota de Corinto en el 146 a.C. Por estas fechas, los romanos también se iban apoderando del interior de Hispania y comenzaron sus invasiones a Galia. Crisis de la Roma republicana Muchas convulsiones internas afectaron la estabilidad de la República Romana en el siglo I a.C. Hubo conflictos por el liderazgo político entre generales del ejército, cónsules y senadores. También había agitación por la desigualdad social y la crítica a los privilegios de las clases acomodadas. El estado de la agitación incluso llegó a producir varias guerras civiles, como las de Cayo Mario en contra de Cornelio Sila (88- 82 a.C.). Mario buscaba acrecentar los derechos de la plebe y reformar el ejército, mientras Sila quería conservar el statu quo, manteniendo los privilegios de la aristocracia. Décadas después, un general popular fue Julio César. Su reputación era magnífica debido a sus victorias en la Galia. Tenía el favor de la plebe, y se le dio poder para reformar el sistema político y acabar con la corrupción. Sin embargo, abusó de su posición como dictador y perdió la simpatía que antes se había ganado. Julio César fue asesinado en el 44 a.C. durante los Idus de marzo. Unos senadores conspiraron para acabar contra quien consideraban que anhelaba con convertirse en rey. César fue apuñalado. Su muerte fue otro signo de la crisis. Las guerras civiles que siguieron debilitaron aun más la república. Octaviano, Marco Antonio y Marco Emilio formaron un triunvirato que gobernó a Roma entre el 43 y el 31 a.C. Pero las disputas entre los triunviros produjo su fractura. Octaviano venció a Marco Antonio en la batalla de Accio (31 a.C.) y retornó a Roma para dar orden. En el 27 a.C., finalmente tuvo lugar la transición entre la república y el imperio. Octaviano recibió los títulos de Príncipe del Senado y de Augusto. Su figura resaltó sobre todas las demás, convirtiéndose así de hecho en el primer Imperator de Roma.

    El Imperio Romano (27 a.C.- 476 d.C.)

    El periodo imperial de Roma perduró por 5 siglos en los que se sucedieron distintas dinastías de emperadores. Aunque muchas instituciones de la república se preservaron, el mando y la autoridad se concentró en las manos de los emperadores. Algunos eventos resaltantes de la época del alto imperio romano (27 a.C. 284 d.C.) fueron: •La conquista de Britania bajo el gobierno del emperador Claudio en el 43 d.C. •El gran incendio de Roma, cuando Nerón era emperador, en el 64 d.C. Tras la muerte de Nerón hubo inestabilidad política en el 68 (el año de los cuatro emperadores). Quien pudo dar firmeza institucional nuevamente fue Vespasiano, iniciador de la dinastía de los Flavios. Bajo la dirección de este, se construyó el Coliseo (72-80 d.C.) y se creó un sistema de impuestos que enriqueció las arcas de Roma. Un siglo después, la decadencia de la etapa del alto imperio empezó con Cómodo, quien sucedió al emperador filósofo Marco Aurelio en el 180 d.C. Desde entonces se reanudaron los conflictos internos, hubo mayor corrupción y ataques de pueblos bárbaros en las fronteras imperiales. La crisis del siglo III produjo la división del imperio en aras de mejorar su administración. El bajo imperio romano (284- 476 d.C.) La anarquía militar fue enfrentada por Diocleciano, emperador que llevó a cabo importantes reformas. Entre estas, se organizó la Tetrarquía, forma de gobierno que concertaba la repartición del poder entre 4 figuras: dos augustos y dos césares. En pocos años, el epicentro político y económico se movió hacia Oriente. Ya en el siglo IV, la figura fundamental en la evolución del imperio fue Constantino I, quien reunificó los territorios romanos. Este emperador es reconocido por: •Haber permitido la prédica del cristianismo en el imperio, mediante el edicto de Milán (313) •Mudar la capital a Constantinopla, fundada sobre la antigua Bizancio (330) Ante la necesidad de organizar una mejor defensa, el imperio volvió a dividirse en el 395. Los sucesores de Teodosio gobernarían sobre dos vastas porciones territoriales; una occidental, al mando de Honorio; y la oriental, bajo la tutela de Arcadio. Los godos y otros pueblos bárbaros invadieron las fronteras romanas de occidente. El declive de Roma no cesaba. Los visigodos la saquearon en el 410 bajo el liderazgo de Alarico. Los vándalos y alanos la atacaron en el 455 bajo el comando de Genserico. Finalmente, en el 476, Odoacro tomó el poder y se nombró rey de Italia. El legado de Roma fue preservado en Constantinopla. Pero en occidente, su brillo se difuminó. El golpe de Odoacro desintegró al Estado imperial, y sus territorios se fragmentaron en los distintos reinos bárbaros de la época medieval. Te puede interesar: •Qué fue el Imperio Romano. •La Caída del Imperio Romano de Occidente.

    La sociedad romana fue patriarcal, jerárquica y siempre estuvo dividida en clases sociales. Al interior de los hogares, la figura del Pater Familiae ejercía el rol de autoridad. Se ocupaba de los asuntos económicos y tenía influencia sobre las decisiones de los hijos.

    Ya a las afueras del hogar, una distinción determinante se daba entre quienes eran ciudadanos y aquellos que no. Entre los ciudadanos se ocupaban distintos rangos de acuerdo con los estatus de patricio, equites, o plebeyos. Por otra parte, la mayoría de los no ciudadanos eran extranjeros y esclavos.

    Patricios. Eran miembros de la nobleza romana. Se suponía que descendían de los padres y primeros habitantes de Roma. Ocupaban altos cargos de gobierno y, en general, eran adinerados.

    Equites. Personas con recursos económicos suficientes para tener sus propios caballos. Se ocupaban de asuntos comerciales y, cuando servían al ejército, podían disponer de su caballo y montarlo en las batallas. Muchos servían directamente a los patricios.

    Plebeyos. Eran los miembros del pueblo común. Se desempeñaban en labores manuales como la agricultura, la artesanía, o en la construcción. También podían trabajar en profesiones liberales y ser maestros, médicos, etc.

    Libertos. Antiguos esclavos manumitidos o extranjeros libres que no podían ocupar cargos públicos. Sin embargo, sus hijos nacían como ciudadanos romanos.

    • Frank Arellano
    • Profesor de Historia y Maestro en Lingüística
  3. La península itálica, con el nombre de Italia, 7 fue durante siglos cuna y zona central de la República y del Imperio romano y, 8 anteriormente, hogar de Etruria y de la llamada Magna Grecia, 9 constituyendo una pieza clave en la configuración de la cultura occidental.

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  6. Al norte, la extensa llanura del Po, que los romanos llamaban Galia Cisalpina, forma un conjunto geográfico abierto muy fértil y distinto de la península propiamente dicha. En la península, domina el clima mediterráneo, muy caluroso y pesado en verano; bastante suave en invierno en las costas; con frío y nieve en las montañas al interior.