Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. Antecedentes. In 1752 Saly fue comisionado para crear una escultura de Federico V a caballo, para ser colocada en centro del patio principal del Palacio de Amalienborg. La estatua ecuestre fue comisionada por Adam Gottlob Moltke, jefe de la Compañía Asiática, como regalo al rey.

    • Neoclásico
    • 1768
  2. La postura del rey y de su caballo, así como la directa mirada del monarca al espectador, vienen a exaltar la posición de Felipe V tras la guerra de Sucesión. La Victoria y el signo astrológico del rey son elementos alegóricos que representan la protección divina del monarca.

  3. Fecha de actualización: 18-03-2023 | Registro creado el 25-11-2021. El cuadro pintura presenta al rey Felipe V a caballo como general al mando de las tropas españolas en el campo de batalla. Le acompaña un paje, también a caballo, que sostiene el yelmo del soberano.

  4. La "representación" del rey Felipe V en primer término supera el hecho histórico que ajusta a las necesidades de un fondo. La preponderancia absoluta de la figura determina la expresión viril y triunfal del personaje al que caracteriza con infalible acierto en la elección de los matices cromáticos y en la majestuosidad de las vestimentas.

  5. La estampa presenta al rey Felipe V a caballo, cabalgando hacia la derecha, armado, rodeado de laos alegorías de la Abundancia, la Justicia, la Paz, la Fama... Abajo a la derecha, el león coronado con los dos mundos, símbolo de España, con la orden del Espiritu Santo y el Toisón de Oro.

  6. La estampa presenta al rey Felipe V a caballo, cabalgando hacia la derecha, armado, rodeado de laos alegorías de la Abundancia, la Justicia, la Paz, la Fama... Abajo a la derecha, el león coronado con los dos mundos, símbolo de España, con la orden del Espiritu Santo y el Toisón de Oro.

  7. Felipe V (1683-1746) está representado al aire libre, sobre un caballo blanco en corveta y fondo de batalla. Forma pareja con la efigie de cuerpo entero de su esposa Isabel Farnesio, que, a sus cuarenta y cinco años, renunció a la épica del retrato ecuestre y prefirió ser figurada en un imaginado interior palaciego, vistiendo traje de corte.