Yahoo Search Búsqueda en la Web

Resultado de búsqueda

  1. Réquiem para un ser querido. Silencio y paz. Fue llevado al país de la vida. ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre. Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros? Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte.

  2. Silencio y paz. La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas. Se acabó el combate. Ya no habrá para ellos lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

  3. PARA UN SER QUERIDO. Silencio y paz. Fue llevado al país de la vida. ¿Para que hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre. Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros?

  4. Silencio y paz. La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas. Se acabó el combate. Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

  5. Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue. Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de misericordia. Silencio y paz.

  6. 10 de abr. de 2024 · Encuentre consuelo y paz en los momentos difíciles con nuestra colección de 12 oraciones reconfortantes por la pérdida de un ser querido. Deja que estas sinceras oraciones te guíen a través del dolor y te ayuden a encontrar fuerza y esperanza.

  7. RÉQUIEM PARA UN SER QUERIDO. Silencio y paz. Fue llevado al país de la vida. ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora es el descanso, y su vestido la luz para siempre. Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros? Dios mío, Señor de la historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte.