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Francisco de Quevedo. Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado.
A una nariz. Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un pez espada muy barbado. Érase un reloj de sol mal encarado, érase un alquitara pensativa, érase un elefante boca aariba, era Ovidio Nasón mas narizado.
«Érase un hombre a una nariz pegado» es soneto muy comentado por los estudiosos de Quevedo, sin duda por su valor paradigmático: el arte del concepto como relación alcanza aquí su máximo exponente (Lázaro Carreter).
SONETO A UNA NARIZ. Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara medio viva, érase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado. érase un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal narigado.
A una nariz es un soneto satírico escrito en el siglo XVII por Francisco de Quevedo parodiando la nariz de Luis de Góngora. Una de las primeras versiones publicadas corresponde a la colección Parnaso español, la principal colección de poesía de Quevedo, aparecida póstumamente en 1647.
Análisis del soneto ‘A una nariz’, de Francisco de Quevedo. Este maravilloso y famoso soneto de Quevedo, ‘A una nariz’, en realidad es una figura burlesca. La poesía se centra en un objeto (en este caso parte del cuerpo) concreto, y gira en torno a él para definirlo mediante símiles y metáforas.
14 de ene. de 2017 · APROVECHANDO que he subido el poema «a una nariz» de Quevedo, vuelvo a lo literario y analizo aquí el significado y las referencias que dicho miembro olfativo oculta en el soneto de Quevedo. Primero, escucha el poema recitado por mí en YouTube en este enlace y a continuación sigue leyendo la explicación del poema.