La economía de Francia en el comienzo de la edad Moderna se caracterizó por un fuerte incremento de la población y el desarrollo de la agricultura y la industria. Se expandió la producción de muchos productos agrícolas, también se produjo la introducción de nuevos productos originarios de Europa meridional; y también del Nuevo Mundo, .
La Edad Moderna suele secuenciarse por sus siglos, pero en general los historiadores la han definido como una sucesión cíclica, que algunos han intentado identificar con ciclos económicos similares a los descritos por Clement Juglar y Nikolái Kondrátiev, pero más amplios, con fases A de expansión y B de recesión secular.