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  1. Los muelles de Nueva York (en inglés: The Docks of New York) es una película muda de drama estadounidense de 1928 dirigida por Josef von Sternberg y protagonizada por George Bancroft, Betty Compson y Olga Baklánova. La película fue adaptada por Jules Furthman de la historia The Dock Walloper de John Monk Saunders. [1] [2]

  2. Los muelles de Nueva York trata de un romance de puerto, de uno de esos amores de marinero que transcurren en tabernas y en pensiones de mala muerte. Pero en esta ocasión el romance es más fuerte que las circunstancias. Todo comienza con un intento de suicidio. Mae (Betty Compson), la protagonista, se arroja a las aguas grises del puerto.

  3. 14 de nov. de 2019 · Los Chelsea Piers, de color azul brillante, son un conjunto de tres muelles conectados entre sí y son probablemente los muelles más famosos de Nueva York, porque siempre hay mucho que hacer aquí: hay un campo de prácticas para los aficionados al golf, un enorme complejo deportivo y de fitness.

  4. Sinopsis. Toda la historia transcurre en menos de un día, y en sólo tres escenarios: un bar del puerto, una pensión y los muelles de la ciudad de Nueva York. Bill Connolly es fogonero en un barco, y tiene una única noche libre en tierra. Mientras camina por los muelles, una muchacha se arroja al agua.

  5. Sinopsis. Este drama estadounidense, dirigido por Josef von Sternberg (también conocido por El embrujo de Shanghai ), habla sobre lo que, a veces, viene tras la tormenta, una apaciguada calma....

  6. En los muelles de Nueva York, Bill Roberts (Georges Bancroft) busca una noche de borrachera y mujeres antes de volver a embarcarse como fogonero al día siguiente. Bravucón, pendenciero, sin respeto a la autoridad, recuerda al personaje de Will Danaher en “El hombre tranquilo”, pero sus planes de fiesta sufren un revés sobrevenido que va ...

  7. 1 de nov. de 2009 · Los muelles de Nueva York empieza en las calderas de un barco. Se ven reales, pero lo que a von Sternberg le importa son los cuerpos de los fogoneros, teñidos de hollín y húmedos de sudor, y el contraste que hacen con el vapor que invade el recinto y que le da un aspecto irreal, casi infernal.