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  1. Perfeccionista, Giacometti estaba obsesionado con crear sus esculturas exactamente como las veía a través de su exclusivo punto de vista de la realidad. En 1954 recibió el encargo de diseñar un medallón con la imagen de Henri Matisse , por lo que creó numerosos dibujos durante los últimos meses de vida del pintor.

  2. Escultor y pintor suizo, Alberto Giacometti representó como nadie la soledad y el aislamiento del ser humano en el siglo XX. Sus típicas esculturas de una delgadez extrema son muy reconocibles y admiradas como una excelente vuelta al arte figurativo. Giacometti nació en un ambiente artístico.

  3. 10 de oct. de 2016 · octubre 10, 2023. Clic en la imagen para ver más obras. Alberto Giacometti. Nació en Borgonovo, Suiza, el 10 de octubre de 1901. Escultor y pintor cuyas obras fueron la traducción plástica de la crisis existencialista por la que pasó la sociedad occidental al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

  4. Perfeccionista, Giacometti estaba obsesionado con crear sus esculturas exactamente como las veía a través de su exclusivo punto de vista de la realidad. En 1954, recibió el encargo de diseñar un medallón con la imagen de Henri Matisse, por lo que creó numerosos dibujos durante los últimos meses de vida del pintor.

    • Borgonovo
    • 11 de enero de 1966, Coira (Suiza)
  5. Las pinturas y, en especial, las esculturas del artista suizo Alberto Giacometti fueron la traducción plástica de la crisis existencialista que aquejó a la sociedad occidental tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Giacometti creció en una familia de artistas.

  6. 11 de ene. de 2017 · Bronce. Existencialismo. Título original: L'Homme qui marche I. Museo: Carnegie Museum of Art, Pittsburgh (Estados Unidos) Técnica: Escultura (183 x 25.5 x 95 cms.) Escrito por: Fulwood Lampkin. Para simbolizar al ser humano, Alberto Giacometti modela a este personaje filiforme, cuyas extremidades se alargan, potenciando su extrema delgadez.

  7. 7 de nov. de 2013 · Sus esculturas, de estilo surrealista, reflejan el ansia del artista por tomar y plasmar la siempre huidiza realidad. Son rostros macilentos, surcados por líneas toscas que dan a sus esculturas un aire derruido: representan el tiempo transfigurado en el estique que el artista usa para poder modelar sus esculturas.