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RESUMEN. Dorothy, una niña huérfana que vive con unos tíos en una granja de Kansas, se ve transportada, a causa de un tornado, juntamente con su perro Totó, a un mundo fantástico más allá del Arco Iris. Una vez allí, intenta volver a casa y empieza su viaje hacia la ciudad de Oz, porque sólo el gran mago de Oz la puede hacer volver.
Teniendo esto presente, he escrito el cuento de El maravilloso Mago de Oz, con el único propósito de entretener a los niños de hoy en día. Pretende ser un cuento de hadas moderno en el que se conserven el sentido de lo maravilloso y la alegría, evitando así las situaciones do-lorosas y las pesadillas. L. Frank Baum Chicago, abril de 1900.
Texto número 1: L. F. Frank Baum, “El maravilloso mago de Oz”. (año de publicación 1900) Capítulo 1: El ciclón Dorothy vivía en medio de las extensas praderas de Kansas, con su tío Henry, que era granjero, y su tía Em, la esposa de éste. La casa que los albergaba era pequeña, pues la madera necesaria para su construcción debió ser
Mago de Oz. Dorita era una niña que vivía en una granja de Kansas con sus tíos y su perro Totó. Un día, mientras la niña jugaba con su perro por los alrededores de la casa, nadie se dio cuenta de que se acercaba un tornado. Cuando Dorita lo vio, intentó correr en dirección a la casa, pero su tentativa de huida fue en vano.
El Mago de Oz: Un poderoso ilusionista a quien Dorothy y sus amigos buscan para obtener sus deseos. Resumen breve: Dorothy Gale es llevada por un tornado a la mágica tierra de Oz, donde conoce a un espantapájaros, un hombre de hojalata y un león cobarde. Juntos, emprenden un viaje para encontrar al Mago de Oz, quien puede ayudarles a cumplir ...
El Mago de Oz Lyman Frank Baum Página 2 de 60 CAPÍTULO 1 EL CICLÓN Dorothy vivía en medio de las extensas praderas de Kansas, con su tío Henry, que era granjero, y su tía Em, la esposa de éste. La casa que los albergaba era pequeña, pues la madera
Era Toto el que hacía reír a Dorothy y el que la salvó de tornarse tan opaca como el medio ambiente en que vivía. Toto no era gris; era un perrito negro, de largo pelaje sedoso y negros ojillos que relucían alegres a ambos lados de su cómico hocico. Toto jugaba todo el día y Dorothy le acompañaba en sus juegos y lo quería con todo su
