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  1. Christian Johann Heinrich Heine ( Düsseldorf, 13 de diciembre de 1797- París, 17 de febrero de 1856) fue uno de los más destacados poetas y ensayistas alemanes del siglo XIX . Heine es considerado el último poeta del Romanticismo y al mismo tiempo su enterrador. 1 Heine conjura el mundo romántico —y todas las figuras e imágenes de su ...

  2. 30 de abr. de 2021 · “Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo”. Ernest Hemingway. abril 30, 2021 By BetinaSperoni. 0. Las perdidas más dolorosas nos muestran que el alma existe porque la sentimos llorar. Lo que muere en nosotros cada día, posibilita que amemos la vida.

  3. La muerte no separa. José Luís Nunes Martins. Ilustração de Carlos Ribeiro. Nadie puede vivir mi vida por mí. Nadie puede dar mis pasos, ver lo que veo, sentir las mismas emociones o pensar ideas iguales a las mías… ser, es ser diferente. Mi existencia puede servir de modelo a otros, del mismo modo que puedo tomar a alguien como ejemplo ...

  4. Reseña biográfica. Poeta alemán nacido en Düsseldorf el 13 de diciembre de 1797. Hijo de padres judíos, inició estudios en su ciudad natal, se trasladó luego a Bonn donde empezó la carrera de Derecho. En 1821 interrumpió los estudios y se radicó en Berlín para relacionarse con importantes figuras de la intelectualidad alemana.

  5. Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo.” Ernest Hemingway (1899-1961). *** “Me quedé mirando esa sencillez. Pensé, con seguridad en voz alta: Esto es lo mismo de hace veinte años... Conjeturé esa fecha: época reciente en otros países, pero ya remota en este cambiadizo lado del mundo.

  6. Aquello que nos separa de la muerte es la vida. Pero la vida no ya como una fotografía que captura la totalidad de nuestra existencia, sino como un juego de idealizaciones y proyecciones que nos facilitan retrasar la visión del final. Para que la vida sea vida se requiere de nosotros una omisión suprema. Rechazar a la muerte sería ridículo.

  7. La pérdida de sentido que padecemos a raíz de la crisis de los valores tiene su fundamento en el fenómeno del nihilismo, porque en el momento en el que se negó la vida en sí misma, ingresamos a una lógica de la decadencia que tiene como fin último mostrarnos la realidad de nuestros valores absolutos.