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  1. La intrusa, un relato corto de Pedro Orgambide. Ella tuvo la culpa, señor Juez. Hasta entonces, hasta el día en que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Mi escritorio era el más limpio de todos.

  2. La intrusa de Pedro Orgambide. Va un ejemplo de cómo ocultar la referencia usando pronombres («ésta») y sustituciones («la intrusa»). Ella tuvo la culpa, señor Juez. Hasta entonces, hasta el día que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme.

  3. La Intrusa. de Pedro Orgambide. Ella tuvo la culpa, señor Juez. Hasta entonces, hasta el día en que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Mi escritorio era el más limpio de todos.

  4. Hoy te recomendamos el cuento "La intrusa" de Pedro Orgambide. Para empezar la clase les muestre a los alumnos el video de su dramatización hasta el minuto 3:25. Entonces, charla con el grupo sobre qué entendieron, quién es la intrusa, cómo es, cómo era Gonzáles antes de su llegada, etc.

  5. El microcuento, titulado "La intrusa", está firmado por el argentino Pedro Orgambide (1929-2003), que empezó trabajando como jornalero y se convirtió en periodista, escritor, guionista, bailarín de tango, cretivo publicitario... Aquí tenéis una muestra de la prosa de este hombre tan inquieto y polifacético. Ella tuvo la culpa, señor Juez.

  6. Relato corto de Pedro Orgambide: La intrusa. Ella tuvo la culpa, señor juez. Hasta entonces, el día que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Mi escritorio era el más limpio de todos.

  7. La intrusa. Pedro Orgambide. 2.86. 7 ratings0 reviews. "Ella tuvo la culpa, señor Juez. Hasta entonces, hasta el día en que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Mi escritorio era el más limpio de todos.