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  1. PROFECÍA. +. - «Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre. y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande. ¡Qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande!» ¿A dónde vas tan deprisa. sin desirme ni ¡con Dió!? Me puedes mirá de frente, que estoy enterao de tó.

    • Rafael de León

      Rafael de León fue un reconocido poeta y letrista nacido en...

  2. Pero allá, pero allá en la madrugada. te despertarás llorando. por el que no es tu marído, ni tu novio, ni tu amante, sino... ¡el que más te ha querído! y con eso..¡¡Con eso tengo bastante!! La Profecia de Paco Stanley, letra de la canción con el video. Encuentre más letras y videos de Paco Stanley en Album Cancion y Letra.

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  3. Profecía. [Poema - Texto completo.] Rafael de León. «Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre. y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande.

  4. Vive sien años contenta. y a la hora de la muerte, Dios no te lo tenga en cuenta. Que si al pie de los artares. mi nombre se te borró, por la gloria de mi mare. que no te guardo rencor. Porque sin sé tu marío, ni tu novio, ni tu amante,

  5. Profecía, Rafael De León: Poema original en análisis. Lectura en audio con IA (en pruebas) «Y me bendijo a mi mare; 1. y me bendijo a mi mare. 2. Diez séntimos le di a un pobre 3. y me bendijo a mi mare. 4. ¡Ay! qué limosna tan chiquita, 5. qué recompensa tan grande. 6. ¡Qué limosna tan chiquita, 7. qué recompensa tan grande!» 8.

  6. Original. Letra de La profecía. «Y me bendijo a mi mare; y me bendijo a mi mare. Diez séntimos le di a un pobre. y me bendijo a mi mare. ¡Ay! qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande. ¡Qué limosna tan chiquita, qué recompensa tan grande!» ¿A dónde vas tan deprisa. sin desirme ni ¡con Dió!? Me puedes mirá de frente,

  7. yo, cruzándome de brazos. dije que me daba igual. Nada de pegarme un tiro. ni enredarme en maldiciones. ni apedrear con suspiros. los vidrios de tus balcones. ¿Que te has casao? -¡Buena suerte! Vive cien años contenta. y a la hora de la muerte, Dios no te lo tenga en cuenta. Que si al pie de los altares. mi nombre se te borró,