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  1. 16 de oct. de 2018 · Para que conozcas más a este genial escritor, te presentamos 5 cuentos cortos de Oscar Wilde. 1.- El gigante egoísta “Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave.

  2. www.cuentoscortos.com › autores › cuentos-de-oscar-wildeCuentos de Oscar Wilde

    El famoso cohete. Había una vez un príncipe que esperaba ansioso el día de su boda. El rey, su padre, le había prometido con una hermosa princesa rusa. Después de un año de espera, la princesa llegó... - Valores educativos: soberbia. - A partir de 6 años. El amigo fiel. Una mañana, la vieja Rata de Agua sacó la cabeza fuera de su madriguera.

  3. Cuentos. El principe feliz; El ruiseñor y la rosa; El gigante egoísta; El amigo fiel; El famoso cohete; El cumpleaños de la infanta; La importancia de llamarse Oscar Wilde; Quotes Oscar Wilde; Datos generales; Frases célebres de Oscar Wilde; Salomé (Oscar Wilde) Debut en la sociedad; Matrimonio; Poemas; Cronología; Ensayos; Filmografía ...

  4. Derivado de los muchos cuentos orales de Wilde, estos poemas en prosa son los únicos seis publicados por Wilde en su vida, e incluyen (en orden de aparición): «El artista», «El hacedor del bien», «El discípulo» «El Maestro», «La Casa del Juicio» y «El Maestro de la Sabiduría».

  5. El artista. El crimen de lord Arthur Savile. EL CRIMEN DE LORD SAVILE Y OTROS CUENTOS - Libro completo. El cumpleaños de la infanta. El discípulo. El famoso cohete. El fantasma de Canterville. El gigante egoísta. El hombre que contaba historias.

  6. El ruiseñor y la rosa. [Cuento - Texto completo.] Oscar Wilde. -Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja -se lamentaba el joven estudiante-, pero no hay una solo rosa roja en todo mi jardín. Desde su nido de la encina, oyóle el ruiseñor. Miró por entre las hojas asombrado.

  7. [Cuento - Texto completo.] Oscar Wilde. En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz. Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada. Por todo lo cual era muy admirada.

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